La coyuntura que atravesamos nos debe reforzar como Universidad. Hemos sido capaces, con nuestras limitaciones, que nadie niega, de adaptarnos en muy poco tiempo a una docencia no presencial con un único objetivo: acompañar a nuestros estudiantes en su proceso de aprendizaje, siendo conscientes de que ni para ellos era fácil adaptarse a esta situación ni tampoco para los profesores lo ha sido. Pero con un gran esfuerzo compartido hemos sido capaces de resistir y terminar el curso de la mejor manera posible. Quedan por delante muchas incógnitas de lo que será el próximo curso, pero considero que con todos los matices que quepa hacer, a los docentes nos corresponde la tarea de seguir formando a nuestros estudiantes de la mejor manera que sabemos, sin que la modalidad en que esta docencia haya de impartirse sea un obstáculo. Ya hemos demostrado que sabemos estar a la altura.
Somos muchos los que en la Universidad de Salamanca creemos en una docencia comprometida socialmente. A través del método de aprendizaje-servicio, hemos introducido en nuestras enseñanzas dosis de realidad que permiten a los estudiantes estar preparados para el futuro profesional que les espera, poniendo a disposición de los agentes sociales conocimientos y experiencias para reforzarlos en su indispensable valor.
Me van a permitir que les cuente lo que ha supuesto para una metodología que, en principio, está basada en la presencialidad adaptarnos a un modelo no presencial, justo cuando llevábamos un mes y medio de trabajo, y lo voy a hacer desde la perspectiva de la Clínica Jurídica de Acción Social que es la experiencia de aprendizaje-servicio que mejor conozco. Este curso hemos desarrollado seis líneas de actuación, dos de ellas, de nueva implantación, Intervención Penitenciaria y Derechos Humanos y Migrantes y Derechos. El resto, Discapacidad y dependencia, Medio ambiente y consumo responsable, Menores y uso de Internet y Memoria histórica, ya llevaban una experiencia atesorada de tres cursos previos. Nuestra forma de trabajar, en estrecha colaboración con organizaciones del tercer sector, implica un contacto directo con las realidades en que trabajan estas organizaciones. Nosotros les ofrecemos los conocimientos que poseen nuestros estudiantes para ponerlos a su disposición y estas organizaciones nos amparan para que podamos aportar una formación comprometida socialmente a nuestros estudiantes. Supone traer la realidad social a la Universidad y llevar los conocimientos a la calle. Pues bien, todo cambió el 14 de marzo. Quedaron algunas visitas por hacer; un ciclo de documentales proyectados en la Filmoteca de Castilla y León sin poder realizarse, y algún que otro proyecto que exigía presencialidad en hibernación. Pero no nos paramos. Seguimos trabajando. Adaptándonos a la nueva realidad de la mejor manera posible. Las reuniones se convirtieron en virtuales y los proyectos de resultados también se han podido ir cumpliendo, como, por ejemplo, el informe que han elaborado los estudiantes de la Línea de Migrantes y Derechos sobre algunas prácticas burorrepresivas que ha tomado como propio el grupo de Unidas Podemos para llevarlo a la Federación española de Municipios y Provincias (FEMP). Pero conscientes como éramos de que había que dar respuesta también a la realidad que vivíamos, ideamos la sección de Periodistas clínicos en el Blog de la Clínica, a través del cual nuestros estudiantes han venido comentando las noticias que iban apareciendo en los medios, en función del sesgo de su trabajo. Así, los estudiantes de Discapacidad y Dependencia y de Medio ambiente y consumo responsable han sido de los más activos, dado que muchas de las noticias que aparecían tenían que ver con sus líneas de actuación.
Después llegó una acción conjunta en que hemos participado 10 Clínicas Jurídicas de Universidades españolas con el objetivo de hacer comprensible a todos las normas que el estado de alarma ha generado. La Guía que hemos elaborado es accesible en https://pdc.umh.es/guiajuridica/.
Y finalmente pudimos hacer nuestros seminarios en abierto, utilizando las herramientas que teníamos a nuestra disposición para exponer los resultados de nuestro trabajo (https://www.youtube.com/channel/UCoC7dc7YyGV25fzBdtMoQJA?reload=9).
En definitiva, nuestros estudiantes han estado a la altura y las organizaciones con las que colaboramos nos han facilitado la tarea. Los profesores sentimos que hemos dado lo mejor y nos enorgullece formar parte de este proyecto colectivo.
Si en unas circunstancias tan difíciles hemos logrado motivar y motivarnos manteniendo una docencia comprometida socialmente, qué no podremos llegar a hacer cuando la normalidad regrese. Podremos hacer todo lo que consideremos que podemos hacer. Y en esta dinámica debe entrar también la Universidad. La Universidad podrá ofrecer todo aquello que esté convencida de que puede ofrecer. Y todos los que trabajamos en la Universidad sabemos que es mucho.