Es una realidad que el COVID-19 está golpeando duramente a la sociedad y a la economía de una manera inédita, y hoy más que nunca, es necesario un ejercicio de responsabilidad por parte de toda la sociedad castellana y leonesa, para que la actividad productiva sea compatible con la salvaguarda de la salud y la seguridad de los trabajadores.
El interés de los empresarios en estos momentos no es otro que el de salvar sus empresas y preservar los puestos de trabajo, pues si salvamos al tejido empresarial, salvaremos al empleo que sostiene. Y en este punto, como presidente de CECALE, quisiera destacar el importante papel que están jugando todas nuestras organizaciones empresariales miembro, ofreciendo todo su apoyo a las empresas, defendiendo sus intereses y garantizando su asistencia y asesoramiento.
Nos enfrentamos a un entorno dramático, donde un número incalculable de empresas y autónomos podrían desaparecer si no se da solución de forma inmediata a sus problemas, ya que, en caso contrario, se reduciría su capacidad de resistencia, llevando a muchas de ellas a la quiebra. Cada día se enfrentan a una fuerte caída de la actividad en todos los sectores productivos, a problemas de liquidez ante la falta de dicha actividad, a un crecimiento importante de los stocks, a importantes pérdidas por caducidad de productos perecederos, a una creciente falta de suministros y materias primas por problemas en el transporte de mercancías y en los mercados de destino, y a una inseguridad jurídica ante la creciente y rápida regulación legislativa sujeta a numerosas correcciones y modificaciones.
Es, por ello, necesario que el Gobierno nacional responda de verdad a sus necesidades y adopte ya un plan perfectamente definido para lograr dos objetivos de manera simultánea: preservar al máximo la seguridad de los trabajadores y reactivar la actividad económica lo antes posible. Pero, para conseguirlo, es urgente adoptar medidas de apoyo en el ámbito laboral que aporten adaptabilidad y seguridad jurídica y fiabilidad a las empresas, en una situación tan excepcional como la que estamos viviendo en estos momentos. Me estoy refiriendo a la necesidad de adaptar la normativa para que los ERTEs que vayan concluyendo en sus plazos iniciales, sobre todo en algunos sectores, puedan ampliarse, atendiendo a dificultades reales de producción sin tener que acometer nuevos procesos técnico-administrativos; y evitando así también la actual congestión.
Igualmente, se debe dar respuesta a los problemas de liquidez que, como decía, están sufriendo; liquidez necesaria para afrontar pagos y no abocarse al cierre y conseguir que la cadena de transmisión y flujos de dinero siga funcionando y no se interrumpa.
Para CECALE, todo lo que sea favorecer la liquidez de las empresas, a través de los créditos ICO y de Iberaval, o mediante moratorias o aplazamiento de pagos de impuestos y cotizaciones a las administraciones, tal y como han aplicado otros países europeos y una acción prioritaria para no fulminar el tejido productivo, servirán para amortiguar la dramática caída de actividad de nuestra economía.
Todas estas medidas de largo recorrido deben ponerse en marcha cuanto antes y extenderse más allá a la finalización del Estado de Alarma o, incluso, de la superación de la actual situación de crisis sanitaria y, sobre todo, diseñando un plan delimitado, flexible, estructurado y gestionado teniendo en cuenta a las Comunidades Autónomas, Ayuntamientos y las Organizaciones Empresariales.
En este punto, me gustaría destacar que desde CECALE seguiremos trabajando en el marco del Diálogo Social, junto con la Junta de Castilla y León y los sindicatos, potenciando nuevas actuaciones, además de las medidas extraordinarias firmadas el pasado 25 de marzo, que ayuden a la reactivación económica y del empleo para llegar cuanto antes a los niveles de actividad y de empleo precrisis.
Porque nuestra voluntad por encima de todo, en estos momentos de crisis por el COVID-19, es sostener la economía y el empleo, y por ello, estamos apoyando a nuestras empresas para evitar un parón aún mayor de la actividad empresarial, siempre priorizando, como no podía ser de otra manera, la salvaguarda de los puestos de trabajo, y la seguridad y la salud de los ciudadanos.
Para finalizar, me gustaría tener unas palabras de reconocimiento y apoyo al sector sanitario, público y privado, que se enfrenta a un desafío de enormes magnitudes con grandes dosis de profesionalidad, solidaridad y humanidad, y agradecer y ensalzar el importante esfuerzo que están realizando las empresas de la Comunidad, desde grandes industrias a pequeños comercios, por la capacidad de superación que nos demuestran cada día y por la solidaridad que han demostrado con sus acciones para paliar la emergencia sanitaria actual.