Mucho más que tiendas y bares de barrio


Inmaculada Cid. Trabajadora Social. Presidenta Asociación Vecinal ZOES. Barrio del Oeste, Salamanca

El comercio y la hostelería son motores para la cohesión e impulso de la vida cotidiana de nuestros barrios y resultan imprescindibles desde la perspectiva de la sostenibilidad, la calidad de vida, el empleo, la economía, la dinamización social y cultural… Son espacios que facilitan el intercambio de bienes de consumo, pero no solo, son punto de encuentro y socialización, debieran concebirse como escenarios que generan experiencias vitales. Entrar, saludar, que te llamen por tu nombre y en muchos casos que sepan cuáles son tus preferencias; que te pregunten por tus familiares, por tu salud y te echen de menos si no acudes con la frecuencia habitual. Eso es a lo que estamos acostumbrados que ocurra en las tiendas y bares de nuestro barrio. Sin embargo están sufriendo un paulatino decaimiento de la actividad comercial (que se está viendo acelerado como consecuencia de la pandemia) y cada vez se ven más locales cerrados con el cartel se alquila o se vende, con lo cual nuestros barrios dejarán de ser lo que fueron.

Son en su mayoría comercio de proximidad, viven en el barrio, ciudad o pueblo, venden productos cultivados en el territorio, ofrecen productos de temporada que no requieren “viajar” desde otros lugares más lejanos para llegar a manos de las personas que los consumirán, ya sea cultivado por payeses de la zona o empresas locales.

Están cambiando muchas cosas y también nuestra manera de comprar. Lejos quedan aquellos comercios que crearon una herencia común, se mantuvieron de generación en generación, incluso gremiales y que fueron referentes para varias generaciones familiares, tanto de vendedores como de compradores. Adiós al “siempre se hizo así” o “así se ha hecho toda la vida”. Aquella fidelización de antaño que era también rutina y complicidad vendedor-comprador y ya no es. De un tiempo a esta parte cambian con mayor frecuencia los comercios y las calles ya no son lo que han sido. En todo caso las calles también las configuran la actividad comercial que se dé en ella. Por la noche dan luz sus escaparates, y por ende seguridad. Las nuevas tendencias en consumo son un desafío permanente al que hay que dar respuestas integrales e incorporar acciones que respondan a los nuevos desafíos y tendencias de la sociedad en general y del consumo en particular.

Las pymes en España son las que más empleo crean, pequeñas empresas; el pequeño comercio local se sostiene con miles de personas autónomas que cada día abren sus puertas en un escenario poco favorable. Pensemos… La economía circular de circuitos cortos de comercialización, comprando y consumiendo con cabeza de forma responsable, nos hace fuertes y libres. La otra economía de mercado nos esclaviza generando dependencia destruyendo proyectos de vida.

La reactivación y sostenibilidad de los bares y comercios más próximos son piezas de un puzzle en el que hay que encajar la realidad comercial, el paisaje urbano y la integración de la vida comercial dentro de los recorridos cotidianos, aquí es donde la participación ciudadana puede tener un papel determinante como motor de activación, a través de la dinamización que potencie la capacidad de atracción para los consumidores más próximos (los vecinos del barrio) tanto como para el resto de la ciudad.

Se hacen necesarias medidas que refuercen y hagan más atractivo el escenario del pequeño comercio local:

  • Promover e impulsar oportunidades para la realización y programación temporal de las acciones de animación comercial.
  • Potenciar la realización de eventos en la calle que tradicionalmente se realizan en el interior de determinados equipamientos: conservatorios, escuelas, teatros y centros culturales, gimnasios, etc.
  • Mejora continuada del espacio urbano, en términos de mejora y arreglo de calles, mobiliario urbano e iluminación, seguridad ciudadana, mantenimiento y conservación de zonas verdes, limpieza viaria, recogida de residuos, etc.

Juntos haciendo frente común, creando alianzas y sinergias entre todos los actores: promotores, propietarios, administraciones, organizaciones, consumidores… para convertir espacios vacíos en escenarios activos donde desarrollar iniciativas culturales y de renovación. Para dar respuesta a modelos de consumo más dinámicos, responsables y sensible a lo más próximo, con políticas de regeneración urbana, esto es, de revitalización del comercio local.

En suma, tenemos que apostar porque nuestros bares y comercios sean atractivos, accesibles, activos y viables. La última decisión está a nuestro alcance, siendo consecuentes; pensemos en el poder de decisión a la hora de realizar nuestras compras, apoyando así a nuestros vecinos, nuestro planeta y nuestra manera de vivir.

Inmaculada Cid

Trabajadora Social. Presidenta Asociación Vecinal ZOES. Barrio del Oeste, Salamanca