El creciente peso del medio ambiente en la agenda social y política está repercutiendo en los sistemas de producción y consumo de todos los sectores, y en especial del sector agrario y ganadero, por estar vinculada su actividad a la base territorial. Como no podría ser de otra forma, el sector está en permanente adaptación, abierto a todas las mejoras posibles. Sin embargo, el debate excesivamente polarizado, más cargado de pasiones que de razones, y casi siempre dirigido por sectores muy ajenos a la realidad del sector primario y del mundo rural, en ocasiones pone más obstáculos que estímulos para lograr avances sostenibles y también armónicos entre todas las partes. Quizás el punto álgido de esta banalización y desinformación llegó con la Cumbre del Clima, celebrada en Madrid en diciembre de 2019. Comenzaron a circular noticias descontextualizadas sobre el peso del sector ganadero en la contaminación, sin aportar información sobre lo que contaminaban otros sectores productivos y, lo que es más importante, sin tener en cuenta que el sector agroganadero, contra la inmensa mayoría de los sectores industriales y de servicios, a la vez «descontamina», porque su gestión contribuye a notables aportaciones positivas para el medio ambiente.
De alguna forma, el trabajo constante del Consejo Económico y Social de Castilla y León trata de paliar esta polarización y estos debates sesgados, aportando datos que arrojen claridad y favorezcan un debate razonado que tenga en cuenta todos los aspectos de cualquier cuestión. Algo que desde ASAJA valoramos enormemente, y que en este momento consideramos más necesario que nunca.
Como queda de manifiesto año tras año en el Informe sobre la Situación Económica y Social de Castilla y León que elabora este Consejo, el sector agroalimentario es uno de los pilares estratégicos de la actividad económica de nuestra Comunidad. Es un elemento clave para el desarrollo de las áreas rurales, puesto que la totalidad de la fase de producción, a través de la agricultura y la ganadería, y una parte importante de la actividad transformadora, se lleva a cabo en el medio rural.
Ante el nuevo reto que plantea la llamada «economía verde» que marcan las directrices marcadas por Europa, pero no olvidando ese papel estratégico del sector agroalimentario, desde la Comisión de Calidad de Vida del Consejo, que actualmente preside ASAJA, se acordó trasladar a la Comisión Permanente la elaboración de un informe a iniciativa propia sobre «El sector agrario y la economía verde». La Comisión Permanente aprobó, en diciembre de 2020, su elaboración (finalmente con el título «El sector agroalimentario en Castilla y León»), siendo el objetivo del informe estudiar la situación actual de la agricultura, ganadería e industria agroalimentaria, así como la presentación de unas líneas estratégicas de actuación para incrementar el valor añadido de esta actividad, y a la vez garantizar un desarrollo sostenible del medio rural.
La última parte, garantizar un desarrollo sostenible del medio rural, es la que más nos influyó a proponer este informe, puesto que la Comisión Europea ha presentado un plan de actuación para los próximos años con un fuerte apoyo en la protección ambiental y es necesario poner en valor que el sector agrario custodia un capital natural que genera multitud de servicios ecosistémicos para la sociedad que no son retribuidos económicamente. Es el caso de los servicios de regulación (captura de CO2, control de la erosión, control de movimientos de tierras, filtrado de agua, filtrado de gases, etc.) y los servicios culturales (paisajes, inmersión cultural, existencia de escenarios agrarios…).
Los propios agricultores y ganaderos, y por extensión los habitantes del medio rural, se ocupan en sus actividades de cuidar este capital natural, del que se beneficia el resto de la sociedad a pesar de no contribuir a su financiación. En ese contexto, sería importante valorar si la instauración de mecanismos de compensación que pongan en valor estos servicios estaría, por tanto, justificada desde la justicia redistributiva, además de constituir un excelente instrumento para fijar población en el medio rural.
Todos estos aspectos formarán parte del informe a iniciativa propia del CES titulado «El sector agroalimentario en Castilla y León», que ha sido encargado a un equipo de investigadores de la Universidad de Salamanca, encabezado por el profesor Fernando Vicente Amores.
Desde ASAJA, creemos que es fundamental contar con trabajos de este tipo, que analicen la aportación real del sector agrario y ganadero, en todas sus dimensiones. Consideramos que el estudio puede arrojar luz sobre la no siempre comprendida aportación a la sociedad del sector agrario y ganadero. Esa valorización contribuirá sin duda al fortalecimiento del sector para poder superar los retos futuros, algo especialmente importante en un momento de gran incertidumbre. Gracias al CES de Castilla y León por recoger nuestra petición y ser receptivo en todo momento con las necesidades de los agricultores y ganaderos.